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En 1972 Francisco Toledo funda la Casa de la Cultura de Juchitán, un espacio donde el diálogo entre arte y sociedad hacen posible la continuidad de la identidad istmeña. La apertura de las expresiones comunitarias por medio de la radio, exposiciones, publicaciones, proyecciones de cine, talleres de arte y literatura, una biblioteca especializada y una sala permanente con piezas prehispánicas zapotecas, son realidades que convergen en un solo lugar. Mientras este proyecto cultural se gesta, surge en 1974, la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI) después de siete años de movimiento social y político, la COCEI gana en 1981 las elecciones en Juchitán y se convierte en el primer movimiento estudiantil y campesino de izquierda que rompe con el monopolio del PRI. Ambos movimientos se encuentran y conforman una realidad cultural y social que hace de Juchitán, el centro de un movimiento cultural indígena sin precedentes que anima a toda América Latina. Los niños y jóvenes istmeños crecimos rodeados de un mundo arraigado en nuestra cultura ancestral con imágenes que empezaban a crear nuevos imaginarios colectivos. Reproducciones de grabados de Durero, impresos en papel de china distribuidos y pegados en las calles, grabados de Ensor, Posada y Asger Jorn en la publicación Guchachi Reza (Iguana Rajada) invitaba a la reflexión de la cultura istmeña. La obra de Alechinski, Tamayo y Leopoldo Méndez en las salas de exhibición de la Casa de la Cultura de Juchitán; alimentaron el pensamiento crítico de quienes tuvimos como referencia histórica y estética, la serie de grabados “Libertad a Víctor Yodo” que realizara Toledo en 1978 en protesta por el encarcelamiento del militante de la COCEI desaparecido a finales de los años setenta. En 1988 Toledo funda el Instituto de Artes Gráficas (IAGO), un museo-biblioteca que cuenta con un acervo especializado en artes visuales y literatura, de más de 60 000 ejemplares, con salas de exhibición y con una de las colecciones más importantes de obra gráfica de América Latina, integrada por más de seis mil piezas que representa la visión de uno de los artistas más importantes de México. La actual muestra que se presenta en el Centro Cultural de España, en el marco del Festival de México en el Centro Histórico, reúne una selección de su obra gráfica producida entre los años de 1998 al 2007, comenzando con un trabajo fechado el año de fundación del IAGO, hecho que demuestra la relación que existe entre la producción del artista y su actividad como creador de los espacios destinados para el arte más importantes de México tales como el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, El cineclub El Pochote, el Centro de las Artes de San Agustín, entre otros. En esta exposición nos acercamos al Toledo múltiple, al artista que utiliza la gráfica no como un medio en sí mismo, sino como un componente activo que se inserta en propuestas artísticas más amplias. Esto ha determinado en su trabajo gráfico, la hibridación de técnicas y lenguajes, así como la recuperación de los rasgos originales del grabado, como la multiplicidad y su carácter de huella. Francisco Toledo es un artista que en su trabajo involucra un cuestionamiento de lo que se ha distinguido como medio del grabado –registro, soporte, permanencia y serialidad– en favor de modos alternos de impresión, reproducción, recuperación de matrices e inserción de la imagen en nuevos circuitos de difusión y distribución artística y editorial. Toledo es un creador de mundos que se desdoblan, creador universal de tiempos y lugares que, con su trabajo representa la esencia de los pueblos, sus memorias históricas, y las múltiples dimensiones de la vida y de los sueños, de nuestra forma constante de vivir y morir. | web design: expomas.com |